martes, 5 de septiembre de 2017

Rendición, de Ray Loriga

                Rendición recibió el premio Alfaguara en 2017. Escrita por el escritor, guionista y director de cine Ray Loriga, tiene 216 páginas.
                La narración es en primera persona, desde el punto de vista del protagonista. Con una trama lineal, el lector irá siguiendo los pasos del protagonista a lo largo de la historia. Dicha historia trata sobre una guerra, y sobre cómo, a consecuencia de esa guerra, el protagonista, su familia y sus vecinos se ven obligados a abandonar sus hogares para refugiarse en un lugar que les han habilitado.
                La ambientación tiene lugar en una ubicación no especificada, que podría ser en cualquier parte. También es atemporal, tanto podría ser la época actual como hace cincuenta años. En cualquier caso, no es una información imprescindible, y no se echa de menos, dado el desarrollo de la historia.
                Los personajes, dada la poca extensión de la historia, no están muy desarrollados, salvo el protagonista, que al llevar la voz cantante de la narración, muestra qué tipo de persona es mediante sus reflexiones y acciones. También tienen cierta relevancia en la historia la mujer del protagonista y un hijo “adoptado”. En las primeras páginas se descubrirá el porqué de las comillas.
                El estilo es, desde mi punto de vista, el punto fuerte de esta novela. Está escrita como si una persona de pueblo te contara en un bar cómo le fue durante una etapa de su vida. Su forma campechana de expresarse, junto con su interpretación de lo que vive (cómo lo ve, cómo lo siente, cómo lo interpreta), es lo que hace que esta novela tenga una lectura fluida, con un ritmo que no deja momentos de aburrimiento al lector. Por otra parte, la subjetividad de la narración en primera persona no me ha dejado claro si se está ante la figura del “narrador poco fiable”, ya que hay determinados detalles en la lectura que no me han parecido claros, bien porque el narrador esté engañándome, o bien porque el autor no lo ha explicado lo suficiente.
                Respecto a esta última impresión, me ha sucedido igual con otros aspectos de la historia. Se puede decir que es una novela distópica, cuya elección es acertada para el tipo de historia, ya que mediante metáforas y paralelismos, el autor hace una reflexión sobre múltiples temas, tales como la autoridad, la falta de privacidad, la supervivencia, la paternidad y algunos más. Hasta el propio título es una metáfora. Sin embargo, pese a la buena exposición de dichos temas, tienen poco desarrollo, y al final quedan muchos cabos sueltos. O tal vez no quedan cabos sueltos, sino que dichos cabos quedan tan abiertos que cada lector los puede atar como prefiera y sacar sus propias conclusiones. Mi conclusión es que los temas quedan tan abiertos que están poco desarrollados.
                Es la primera novela que he leído de este autor, y para mí, el único fallo que tiene (si es que se puede considerar como tal), es que la novela es demasiado corta y falta profundizar en algunos temas, por las razones ya explicadas. Sin embargo, ello queda compensado con algunas frases lapidarias que me han hecho pensar, y ahí he visto la grandeza de la Literatura, en esas frases que dicen tanto con tan pocas y acertadas palabras.

                Aunque la novela podría ser mejor, técnicamente es intachable, y es muy entretenida, amena y adictiva de leer. La historia no aporta nada nuevo porque todas las escenas me recordaban a algún autor que he leído con anterioridad, lo que quiere decir que el estilo de este autor bebe de múltiples fuentes (todas ellas buenas). Recomendable.