martes, 12 de noviembre de 2013

Volver a empezar (Replay), de Ken Grimwood

            ¿Quién no ha imaginado alguna vez con volver atrás en el tiempo, volver a su anterior yo, pero con la experiencia y conocimientos adquiridos hasta la fecha? Pues esa es aproximadamente la idea de la que parte Volver a empezar o Replay, y con una aliciente añadido: el protagonista sufre un ataque al corazón, muere y automáticamente aparece otra vez en su yo adolescente. Así empieza la historia, así que no estoy desvelando nada de la trama.

            Volver a empezar es una novela de fantasía, escrita por el autor norteamericano Ken Grimwood y publicada en 1987.

            Hay un detalle que yo, como español, no he sabido apreciar, y casi me hizo dejar de leer: desde el comienzo, cuando el autor muere y vuelve a su mismo cuerpo cuando tenía 25 años menos, abundan las descripciones de la época americana de la década de los sesenta. Está todo lleno de tópicos y de iconos de la época, nacidos de la nostalgia, que no sé cómo le sentará a un americano leerlo, pero a mí personalmente no lograba engancharme a las emociones del protagonista. Me daba la sensación de estar viendo un documental cuyo resumen podría ser “estoy orgulloso de ser norteamericano, no hay mejor cosa en la vida”. Por suerte, no cerré el libro, y al seguir avanzando, esa sensación inicial se fue diluyendo conforme se empezó a desplegar la verdadera historia. La pregunta con que he iniciado esta reseña, lleva a otra que es: ¿Qué harías si volvieras atrás, con todo eso que sabes que pasará durante los siguientes veinticinco años? Si se pudieran cambiar algunas decisiones, ¿qué cambiarías y cómo cambiaría eso las cosas? La mayoría de las respuestas a esas preguntas que yo mismo daría, se encuentran en Volver a empezar.

            El protagonista en un personaje muy poco desarrollado en un principio, pero a lo largo de la historia va ganando complejidad, quedando totalmente expuesto al final de la historia.

            En contra de lo que puede parecer, no es una historia ñoña ni hecha para una película con muchos efectos especiales, tiros y persecuciones. Es una novela psicológica. Lo mejor de la historia es ver cómo afecta al protagonista, cómo la experiencia lo va moldeando y cómo cada vez es más fácil sentirse identificado con él, viviendo a través de su mente.

            Hay enormes dosis de moralidad en la historia, y también preguntas sin resolver, que son las que mantienen la atención del lector en todo momento. Sin llegar a contar el final, diré que encaja perfectamente con toda la historia, haciendo su lectura una experiencia única y completa, con la que he disfrutado.

            Está ambientada en distintas localizaciones de Estados Unidos, principalmente, aunque también hay escenas en otros lugares del mundo. En cuanto a los lugares, un punto destacable muy conseguido por el autor es el de dotar a cada localización de un espíritu, de un magnetismo que provoca sentimientos en el protagonista. Un reflejo de lo que es la nostalgia, las raíces. Aun habiéndolo hecho sin querer, el efecto está muy bien logrado.

            Como he dicho, el principio puede parecer pesado, pero merece la pena avanzar para poder ver el núcleo principal de la historia. Una historia que da mucho que pensar.
           

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