lunes, 19 de septiembre de 2011

La conjura de los necios, de John Kennedy Toole

            La novela comienza con una cita del autor de “Los viajes de Gulliver” que dice lo siguiente: “Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él”. Esta cita, sin duda, está bien encajada en esta obra, sobre todo por la turbulencia que sufrió esta obra hasta verse publicada. Escrita en 1962, tras su paso por distintas editoriales, no vio la luz en las librerías hasta casi dos décadas después. Para entonces, el autor ya se había suicidado, posiblemente por su incomprensión como escritor. Fue el esfuerzo posterior de su madre, ella fue la responsable de que esta obra esté actualmente disponible para cualquiera.

            El protagonista de la obra, Ignatius, es un compendio de todos los defectos que se pueden atribuir a un ser humano: es gordo, hedonista, egocéntrico, egoísta, testarudo, cobarde, holgazán, codicioso… y un largo etcétera. Como única virtud tiene una formación universitaria que le ha dotado de una facilidad de palabra y expresión que, junto con lo disparatado de sus argumentos, hacen una mezcla explosiva que sorprende al lector en todo momento.

            El resto de personajes de la obra son, al igual que el protagonista, seres tristes y decadentes en los que se pueden apreciar rasgos de la personalidad humana que a cualquiera le resultarán alarmantemente comunes.

            Con un estilo depurado y directo, el narrador cuenta la historia de una forma objetiva, dejando al lector la tarea de interpretar los hechos. Algunos incisos en la trama son introducidos por los textos escritos en primera persona por Ignatius, donde el alma del protagonista se va desnudando poco a poco dejando ver la miseria que hay escondida. Digo miseria porque es difícil coger cariño a un personaje como éste, que reúne todas las cualidades contrarias a las que tendría cualquier héroe. Es un antihéroe perfecto.

            La historia transcurre en Nueva Orleáns, terreno del que el protagonista se vanagloria de no haber abandonado nunca en sus treinta años de vida, salvo en una ocasión desastrosa cuya historia repite una y otra vez. Se nos dibuja así una ciudad decadente con unos personajes igual de decadentes, que van interactuando entre ellos tejiendo una historia que es, a la misma vez, divertida, imprevista, graciosa y grotesca.

            El estilo del autor hace que la lectura sea fácil. Las descripciones son correctas, ofrecen los detalles justos para causar el impacto que se desea en el lector. Y la personalidad de los personajes, esa amalgama de formas de pensar y de vivir, es quizá el punto más fuerte de esta novela. Presentados con un estilo caricaturesco, dejan ver la realidad que se esconde detrás de ellos, sus motivaciones y sus anhelos. Esta cualidad, la de mostrar una sociedad con todos sus defectos y no con sus virtudes es, posiblemente, el motivo de que la obra no fuera publicada en un momento en que la imagen del país que se pretendía dar no estaba acorde con lo que el autor describía. De cualquier forma, el tiempo ha hecho justicia y hoy día podemos tener entre nuestras manos esta interesante historia que a cualquiera hará pasar un rato agradable y que despertará no pocas sonrisas en los rostros de los lectores. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia… o no.

jueves, 1 de septiembre de 2011

La biblioteca de los muertos, de Glenn Cooper

   
            Nos encontramos ante una obra concebida para llegar a ser un best-seller. El tema de la misma nos deja bien claro cómo se ha construido. En una coctelera se ponen los siguientes elementos:

            -Un agente del FBI
            -Unos asesinatos al parecer producidos por un asesino en serie que envía postales indicando el día en que morirán
            -El Área 51
            -Nueva York y Las Vegas como escenario, con ligeros toques de apuestas y trampas en casinos
            -Un yacimiento arqueológico en una abadía en Inglaterra
            -Un poco de sexo que incluye mujeres despampanantes

            Se mezcla todo eso y sale “La biblioteca de los muertos”. ¿Qué nos encontramos en esta obra? Pues nos encontramos con unos personajes estereotipados hasta la saciedad, apenas desarrollados, que cumplen su función sin pena ni gloria (el banquero avaricioso y rico con una mujer supermodelo, la empleada de hogar sudamericana, la agente novata, el protagonista a punto de jubilarse que pasa de todo, pero que es un compendio de virtudes, pese a sus vicios, y cuya inteligencia supera cualquier obstáculo, etcétera).

            La historia, contada por el narrador en tercera persona, se centra en la investigación llevada a cabo por Will, agente del FBI experto en casos se asesinatos en serie, en el que se supone que será su último caso antes de la jubilación. Para ello contará con la ayuda de una novata, Nancy, recién salida de la academia. La historia cuenta a su favor con un ritmo rápido, los hechos van sucediendo continuamente, y se ven mezcladas ciertas visiones del pasado que van explicando algunos misterios de lo que sucede en el presente. Poco a poco, la madeja se va desenrollando y la historia queda al descubierto.

            La sensación que deja la lectura de esta obra es que, pese a tener algún elemento innovador (su visión sobre lo que sucede en el Área 51) y que es relativamente fácil de leer, no aporta nada nuevo. Sólo una historia más de la que se podría hacer una típica película americana de una investigación complicada, con persecuciones, tiroteos y todos esos ingredientes típicos de los miles de películas iguales que ya hay en el mercado. Mención negativa para algunos hechos importantes de la historia que suceden por casualidad o situaciones forzadas que anticipan al lector que algo sucederá a continuación. Este hecho resta mucha calidad a la historia.

            Literariamente, es mediocre. Como dije anteriormente, los personajes son apenas esbozos de estereotipos. No se ve claramente su personalidad y carecen de profundidad. En cuanto al entorno, tampoco el autor ha sido muy descriptivo, dejando al lector la parte de imaginarse Nueva York y Las Vegas como si fueran lugares mundialmente conocidos y todos hubiéramos nacido, crecido y vivido allí. Como si lo conociéramos de toda la vida.

            El estilo del autor, acostumbrado a escribir guiones, queda patente en esta obra que bien podría ser un guión modificado y adaptado a una novela. Ameno de leer, pero nada más.
            Con esta primera obra del autor, convertida en best-seller, tal vez estemos ante un nuevo Dan Brown que intenta componer sus obras mezclando misterios arqueológicos con investigaciones policiales y tiroteos. Obra buena para el entretenimiento, pero mala para el que busca belleza en las letras.